Todos los cuerpos emiten, en mayor o menor medida, radiación infrarroja la cual percibimos en forma de calor. Esta manifestación puede ser un indicativo del buen estado del objeto en cuestión o, por el contrario, de una anomalía que puede ser
el origen de un problema mayor.
Gracias a la inspección termográfica es posible detectar este tipo de incidencias y su relación con defectos en elementos de máquinas y vehículos, edificaciones, instalaciones, procesos industriales, personas y animales.